Sheri S. Tepper ha demostrado en más de una ocasión su rara capacidad para entretener mientras trata temas de gran importancia y calado. Así lo hizo en La puerta al país de las mujeres y así lo intenta de nuevo en El árbol familiar fallándole ligeramente la parte relativa a la lucidez temática, pero superándose en diversión y entretenimiento.
El árbol familiar se estructura en dos realidades distintas: las
difíciles vivencias de Dora Henry, una mujer policía de nuestros días a la que conocemos al comenzar el libro, y, a partir del segundo capítulo, la tolkienana búsqueda de un grupo de viajeros en un mundo extraño del que se nos dice que se encuentra a tres mil años en nuestro propio futuro.
Casi imperceptiblemente, la fantasía de las aventuras de Orejas de Ópalo, los príncipes Sahir e Izakar y la condesa Elianne parece adquirir el peso de una narración que, sólo hacia sus dos terceras partes, descubre sus verdaderas intenciones: una interesante especulación en torno al futuro, las causas que lo
configuran y las amargas consecuencias que nuestro presente hace
presagiar.
Personajes de extraordinario interés, lugares exóticos y aventuras sin cuento presiden una narración emocionante salpimentada con comentarios críticos sobre la religión, la ciencia o la dominación sexual. Como siempre, la brillante autora de Despertar, Hierba y La puerta al país de las mujeres, no da puntada sin hilo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario