Ana es una niña de once años, pelirroja, pecosa y muy traviesa. Es huérfana desde los tres años y, por error, termina como hija adoptiva de los hermanos Matthew y Marilla Cuthbert, en la granja de Tejas Verdes. Ellos esperaban un muchacho alto y fornido, pero en su lugar apareció Ana. A pesar de la inicial oposición de Marilla, Ana consigue convencerlos de que no la devuelvan al orfanato. La niña se integra rápidamente en el nuevo hogar, y al cabo de poco tiempo ya nadie en la Isla del Príncipe puede imaginarse la vida sin Ana.
Ana tiene dieciséis años y ya es casi una mujer. Ahora puede practicar por fin su vocación dando clases a los niños de Avonlea, pero, como de costumbre, su vida está llena de sucesos imprevistos que ponen a prueba su carácter.El extraño comportamiento del guapísimo Gilbert Blythe le produce una particular turbación.
En este tercer volumen de la serie, Ana vive la misteriosa etapa de la adolescencia. Abandona los maravillosos años que ha pasado en Avonlea y se matricula en la Universidad de Redmond. En esta nueva etapa de su vida tendrá que decidir si está preparada para el amor.
Una vez terminados los estudios en la Universidad de Redmond, Ana entra a trabajar en el Instituto Summerside de Enseñanza Media. Pero los miembros de la familia Pringles, conocida también como «la familia real de Summerside», le dan a entender que no es la persona que habían imaginado para el puesto. Por suerte, Ana sabe ganar para su causa a grandes aliadas como tía Kate y tía Chatty, hasta que logra descubrir el secreto de Summerside.
Gilbert, el verdadero amor de Ana, acaba los estudios de medicina. La pareja ya no tendrá que vivir separada. Se casan con sencillez y comienzan su vida en común en la pequeña casa que siempre habían soñado. Allí, Ana conoce a sus nuevos vecinos, hace nuevas amistades y resuelve algunos problemas. Pero siempre es la misma Ana, tan alegre y vital, y siempre llena de sorpresas.
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