Megan ve a su hija Emma en todos lados. Es la pequeña niña en el supermercado, la niña esperando en los columpios en el parque, la niña con el helado goteando por su rostro. Pero nunca es Emma.
Emma ha estado desaparecida por dos años.
Incapaz de soportar el constante dolor de cabeza de los falsos avistamientos, el esposo de Megan amenaza con irse a menos que Megan acepte que Emma se fue. La vida y el matrimonio de Megan se desmoronan alrededor de ella y ella se da cuenta que tiene que hacer la cosa que más teme: seguir adelante.
Cuando Megan toma una foto de una pequeña niña con una pareja de adultos mayores en la feria de la ciudad, ella cree que es su hija perdida. Incapaz de dejarla ir, pone en movimiento una serie de eventos que puede destruir las vidas de ambas familias.
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