En estos últimos años, nos hemos sentido acorralados por novelas que tienen una estructura similar, esta consiste en: Hombre extremadamente guapo, con un cuerpo de infierno, multimillonario, mujeriego y con demonios del pasado, se enamora de una mujer que es diferente a todas con las que se ha encontrado. Ellos se enamoran y ella, como por arte de magia, hace que él cambie, enfrenten juntos los problemas y sean felices por siempre, ¿verdad? y que conste que no digo que no me gustan ¡me encantan! porque me gusta ver la forma en que cada escritora desarrolla la historia.
Perooooooooo… nunca se han preguntado ¿que pasaría si existiera una novela que sea completamente al revés? ¿Por qué siempre es el hombre el buenote mujeriego y nunca son las mujeres? pues bueno, parece que alguien escuchó nuestros pensamientos y escribió esa historia, hablo de la escritora chilena Aurelia Ardent y su novela “El Esclavo de Aurelia” sólo que debo decirles que esta autora “se saltó la barda” como dicen en mi tierra, porque esta novela rompe esquemas al 100% pero les advierto que es BASTANTE FUERTE, NO APTA PARA MENORES DE EDAD NI PERSONAS SUSCEPTIBLES.
Da la casualidad que la protagonista del libro se llama Aurelia, pero no tiene nada que ver con la escritora real (o al menos eso espero). Pues esta mujer no se compara en NADA con las características de nuestros clásicos protagonistas masculinos. Aurelia es… cómo decirlo… déspota, desgraciada, fría, abusiva, y todo lo malo que pueden encontrar en una mujer fácil de odiar, pero tengo algo que decir a su favor, ella AMA a los animales, especialmente a Catalina y Salomé (cuando lo lean sabrán de qué les hablo) y por supuesto tiene una razón de ser así, tiene una razón para pensar que los hombres son simples pedazos de carne y huesos creados para maltratar y usar sexualmente, sin un ápice de sentimientos, siendo el dolor una de las cosas que más disfruta, pero claro, ella es la que tiene que causarlos.
Ahora, ¿todo eso de las reglas de los dominantes y sumisos? eso no aplica en Aurelia, eso es para los “débiles”. A ella le gusta el dolor puro, sin tanta cosa, y lamentablemente, Victor cae en sus manos en un momento de necesidad mayores. Victor…hay Victor… créanme que cuando lo conozcan van a querer correr, abrazarlo y decirle que todo estará bien. Es de los hombres que cualquier mujer desearía, guapo, con un corazón enorme, bondadoso, leal, agradecido, romántico a más no poder y un excelente amante, pero lamentablemente se enamora de la persona ¿equivocada se podría decir? no lo sé, pero se enamora de Aurelia… sí, de aquella a la que acabo de describir como un pequeño monstruo.
Debo decir que la escenas de esta novela son bastante fuertes, porque están narradas de una manera que te hace sentir en la piel todo el sufrimiento que tiene Victor en las manos de esta mujer. Hay momentos en los que sentirás que quieres matar a esa mujer, porque la autora logra despertar en ti instintos criminales. Llegará un momento en que querrás golpear y destruir a esa tipa, y quizá crean que estoy exagerando, pero cuando lean esa novela se acordarán de mi.
Sin embargo, mientras van leyendo la novela van comprendiendo una serie de cosas. Poco a poco van descubriendo las razones por las que Aurelia es como es, y cuando lo descubran la entenderán, pero aún así, a pesar que la llegan a entender, se preguntarán un par de veces “¿será lo mejor que ella terminé junto a Victor para toda la vida? Entiendo porque ella es así pero ¿se lo merece?” y eso es ¡increíble! ¿Sabés por qué? porque no tienes la más mínima idea de cual será el final de esta novela, aunque puedes tener una idea, ésta no es segura, no es una historia predecible al cien por ciento y eso lo hace más interesante de lo normal, de hecho esa curiosidad es la que hizo que la terminara en pocos días.
Pero a pesar de todo lo que sufres con Victor y esta mujer histérica, la historia tiene sus pasadas divertidas, como cuando leemos las discusiones internas que tiene Aurelia al ver que no hay forma que Victor llegue a odiarla, al contrario, él siempre está buscando la forma de tenerla contenta, de hacerla sonreír, de complacerla y le pide perdón por cosas de las que sólo ella es la culpable. Todos estos detalles hacen que ella, en algún punto del libro, sienta compasión por él, y es entonces cuando comienza su lucha interior, mostrándonos las dos caras que tiene nuestra mente, las máscaras que uno crea para evitar que nos hagan un mal y el daño que un pasado puede provocar en nuestra personalidad.
Este libro tiene segunda parte, y más le vale a la autora que sólo sean dos porque si no viajaré a Chile a buscarla y sentarme a su lado para exigirle el final. Así que sólo me queda esperar con ansias esa segunda parte en la que todo quedará completamente claro y definido, en la que sabremos ¿hasta donde podrá llegar el amor de Victor? ¿qué más estará dispuesto a enfrentar y sacrificar además de su libertad? y sobre todo, donde podremos saber si Aurelia (la protagonista) encontrará la forma de dejar que su lado bueno se apodere de su alma, de su vida, y se deje amar por ese hombre que está dispuesto a entregarlo todo por ella, incluso su propia vida.
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